IGNOTO
Atranco la puerta que da paso a mi mañana,
no vaya a ser que un terremoto exprese sus enojos
con los ojos rojos, los ojos cojos, los ojos bisojos,
y me emocione las encías o me anule el sueño…
Tengo un pez en el cerebro que me tutea,
no lo he visto, pero dice que existe y será verdad,
aunque dicen que los peces en el cerebro mienten
y nunca rezan a Dios ni cantan en inglés…
Amarillo, margarina, boca de tardíos susurros,
americana, rio, molienda, besos secándose al sol,
ruinas, tomillo, diente, oigo poesías en mi interior…
Descalzo el corazón de abreviaturas y rosas,
húmeda la mañana de banderas y sobresaltos,
feliz el sol por tanta maravilla y tanto alboroto…
Los geranios se enamoran de las algas
y es un amor tan imposible como extremo.
Te quiero, le dijo la piedra al pordiosero,
te quiere mi blando corazón de piedra, añadió,
te quiero ampliamente, aunque sea mudo…
Desde aquí hasta el infinito no hay peaje,
no hay puertos, no hay destino,
pero tengo gris el dolor y verde el olvido…