DE DESESPERACIÓN
Francisco de Sales
Así.
De este modo tan tuyo.
Tan hiriente.
Tan carente de respeto a los corazones.
Así me tratas.
Con tus palabras envenenadas
o tus silencios tan hirientes,
con tus miradas de desprecio
o tus ausencias injustificadas.
Así eres conmigo.
Tan cruel.
Humanamente indescriptible.
Adiós.
Y es una lástima que este adiós sea sólo escrito,
pero hasta ahora mis fuerzas
sólo me dan para sujetar la pluma.
A Dios le pido que reponga mis carencias,
y me devuelva la vida
que ese hombre me quitó.