PATO A LA PATOCHADA
Qué descanso es para mi alma,
destartalada en cada poesía que escribo,
que a veces deje de ser presuntuoso,
o técnico experto en sufrimientos,
y escriba esto:
Luz parábola patata panfleto.
Un remolino volátil se come las nubes
y las vomita un poco más abajo
junto al impoluto basurero
que se alimenta de pavos y cencerros.
Locura al por mayor en mayo.
Trenes incorruptos traqueteando por el Cielo,
cielo de hojas cuadriculadas y ojos en celo.
Carabelas calaveras carabineras.
Tórtolas enamoradas de sus sombras
alimentándose de glutamato vitaminado
que es bueno para los timbres y la panceta.
Este decir desorganizado es bueno para mi caos.
Así se aprovecha lo que no se usa,
aderezándolo con sin cuidado
y acaba saliendo esta pamplina indisciplinada,
revoltillo malquerido a todas luces
así como las espumaderas de plástico
que son repudiadas en todos los cementerios del mundo.
Amén.