MAMÁ
Francisco de Sales
No llores más, mi niño...
Pero recuerdo que era el tono,
el modo leve,
la voz amorosa,
quienes me enjugaban el llanto;
que era su mirada inagotable
quien me daba confianza;
que eran sus brazos
el más seguro refugio...
Ya no estás, mamá...
Ya nadie me consuela con tu voz de amor,
con tu sonrisa tranquilizadora,
con tu regazo tan amplio...
No llores más, mi niño...
Me tengo que conformar
con que sea tu recuerdo
quien imite la voz, y el tono,
intentando consolarme.
No llores más, mi niño...