Francisco de Sales - Poesía

LA MECEDORA DE RECUERDOS

Francisco de Sales

 

 

¡Qué placer reencontrar la mecedora de mi abuela!

Cuando la miro está vacía,

pero si desenfoco la mirada

y hago un esfuerzo nulo,

comienza a balancearse

y balancea la figura invisible

de mi abuela muerta.

 

Los recuerdos se agolpan en mi memoria.

Sin haber terminado de digerir el primero,

llega el segundo cargado de ternura,

y el tercero, en el que yo soy muy pequeño

y mi abuela gasta las reservas de sus fuerzas

en levantarme hasta la altura

de sus ojos de aguas azules.

Y otro, en el que su regazo iguala al de mi madre.

Y otro, donde me canta con poquita voz de pájaro.

Y otro, que es un derroche de amor y caricias.

Y otro, y otros.

 

El presente me trae al presente.

Mis ojos sólo ven una mecedora vacía y quieta.

 

Me siento despacio en ella.

Con cuidado, para no aplastar el pasado.

Empujo hacia atrás y me devuelve hacia adelante.

Repito el empuje, y ella su obstinación.

Poco a poco nos acoplamos a un ritmo.

Pongo mis brazos donde mi abuela descansó los suyos.

Cierro los ojos para no distraer a los sentidos,

y me concentro absolutamente en el balanceo.

 

Me parece que busco el encuentro con ella.

Espero, y deseo, acompasarme a su latido,

sentir desde su cuerpo pequeño,

probar el amor de su corazón tan grande,

degustar su sonrisa infinita

y sentirme preñado de su esencia.

 

No ocurre lo imposible.

Así que me levanto,

la miro vacía,

desenfoco la mirada,

hago un esfuerzo nulo,

y comienza a balancearse,

y balancea la figura invisible

de mi abuela muerta.