Francisco de Sales - Poesía

DESAHOGO

Francisco de Sales

 

 

Después lloró amargamente

un llanto de bebé asustado,

lágrimas de espinas y cristales,

una tristeza inconsolable,

las nubes le dieron el pésame,

el futuro ablandó sus previsiones,

la luna entonó un Réquiem;

te quiero, dijo el aire,

pero se lo decía a otro.

 

Hasta entonces,

hasta que comenzó el llanto de su desahogo,

hubo diablos recorriéndole las venas,

congojas explosivas,

un miedo plagado de temores,

lo negro tiñéndolo todo,

y el corazón desolado.