COMO UN ECO
Francisco de Sales
Siempre supe que la serenidad aparente
del mar de tu mirada
escondía tormentas y traiciones.
La sombra de la mentira y la tuya,
eran la misma.
A pesar del dolor padecido,
decidí que tenía que reconquistarte.
Escuché todos tus inventos,
y tus sueños y locuras.
Fingí sorpresas y alegrías
y mentí con tono estudiado
cuando te dije te sigo queriendo
Usé tus mismas maldades,
dejé que te ilusionaras y creyeras feliz,
para que ahora sepas lo que duele
cuando te usan y te tiran.
Recuerda que al dejarme
tus noches estuvieron llenas de alegrías;
las mías fueron de llanto.
No me odies.
Simplemente te devuelvo lo que me diste.