SIN REPROCHES
Francisco de Sales
Todos los días,
cuando quiero romperme o quiero morir,
o aunque no quiera,
apareces en mi pensamiento
y se destroza ese instante con la mayor crueldad,
sin respeto,
sin cuidado.
Podría decirse que eres,
sin saberlo ni quererlo,
madre de dolores,
emisaria de tormentas,
alma de demonio.
Yo tuve la culpa, así que no te acuso;
fui yo quien se equivocó torpemente,
continuamente,
y quien paga el error al malvivir
en este infierno cotidiano.