Francisco de Sales - Poesía

EL DISCURSO DE LA TORMENTA

Francisco de Sales

 

 

"Yo soy la tormenta",

dijo desde el cielo una voz de trueno,

"Tras mis arrebatos de estruendos y lloreras,

cuando ya la tierra ha quedado enterada,

me repliego y dejo una luz mágica en el cielo.

Así lo hago siempre.

No sé enfadarme sólo para mis adentros mientras,

cínicamente,

dejo como decorado el sol más bello.

Ya sé que impresiono cuando atrueno.

Sé que asusta y encanta

el despliegue sonoro y pirotécnico,

y que se agradece mi lluvia cuando no me excedo.

Pero si me vieran a las ocho, cuando me despierto,

peleando con mi marido, que es un tormento,

entenderían dónde nace mi genio;

comprenderían que tenga que desfogar mi fuego

pariendo rayos,

y que tenga que desaguar mi llanto

derramando el agua que ahoga mis penas,

y que clame enojada con grito bronco y seco

(¡rayos y centellas!)

a las lejanas galaxias,

a los más alejados ecos,

a las distancias más extremas,

a los humanos de la tierra".

 

 

Así concluyó el discurso,

y firmó el perdón con un arco iris en el cielo.