Francisco de Sales - Poesía

EL DESTINO DEMONIO

Francisco de Sales

 

 

El destino la respetó cuanto pudo,

pero llegó el día innegable de la partida.

 

Empaquetó simbólicamente su pasado:

en una parte lágrimas y el porvenir roto,

en otro lado un rosario y unas pocas fuerzas.

Las pocas que quedaban intactas.

 

A partir de ese momento, la duda.

Caminos vírgenes de huellas,

soles sin estrenar, lunas medio llenas,

estrellas mustias, fúnebres músicas.

 

Faltaban alegrías y esperanzas.

 

El destino, emisario inalterable,

le ofreció poco y malo para mañana:

nubes rotas, gritos roñosos, miradas de plomo.

 

El destino demonio

extendió la alfombra negra,

el tenebroso escenario,

su muestrario de lutos,

y le dejó abandonado.